miércoles, 10 de enero de 2018

CUANDO LAS LIMITACIONES SE CONVIERTEN EN TU MAYOR FORTALEZA…


Viktor E. Frankl,  médico psiquiatra prisionero en los campos de concentración, viviendo las más humillantes miserias que ser humano alguno pueda experimentar, descubre el poder de la determinación interior y confirma en su propia carne, que el hombre tiene la libertad de decidir si ha de entregarse a situaciones o hacerle frente a ellas. En medio de aquel infierno que lo limitaba física y psicoemocionalmente, Frankl encontró su mayor fortaleza: su libertad íntima, ya que profundizar en la vida espiritual era la huida que más se posibilitaba ante la realidad de ser prisionero. Como un ejemplo de resiliencia, destaca con una nueva actitud ante la vida y confirma su teoría (logoterapia) después de sufrir múltiples crueldades  en los campos de Auschwitz,  Dachau, entre otros.       
 La resiliencia es un término, que en primera instancia fue aplicado por la física y la química para referirse a la capacidad que poseen algunos metales para volver a su estado original, después de haber sido sometidos a temperaturas extremas, seguidamente esta expresión fue acuñada por las ciencias sociales para referirse a la capacidad de las personas a sobreponerse a situaciones adversas y resurgir de ellas con una nueva actitud.  Al respecto Castro (2013), afirma:
El ser una persona resiliente implica más que el hecho de recuperarse de la situación adversa, pues conlleva un crecimiento hacia algo diferente, ya que no se puede volver al mismo estado. Consiste en dar un salto más adelante de lo que éramos antes de la pérdida o crisis. (p.16) 

En virtud de este señalamiento, se enfatiza la importancia del sentido que Frankl (1991) le dio al sufrimiento, si el sufrimiento tiene un sentido vale la pena vivirlo porque mediante él, el hombre puede encontrar significado a su existencia. Sostenía además que, “…el tipo de persona en la que se convertía un prisionero era una decisión íntima y no únicamente producto de la influencia del campo” (p.41) es decir, que el sufrimiento siempre tiene una razón de ser para cada persona, y éste, no determina su vida porque tiene la libertad de  decidir con responsabilidad la actitud que tomará ante cualquier tipo de circunstancia.
 Así que, Viktor Frankl como resiliente, descubrió el porqué de su existencia y pudo soportar mediante su fortaleza interior los momentos más difíciles de los campos de concentración, esto representó su salvación  para distanciarse y pasar por encima del sufrimiento originando una nueva actitud que le permitió mirar el futuro con optimismo. La libertad interior entonces, es lo único que no puede ser arrebatado a pesar de las limitaciones psicofísicas,  que una persona pueda tener, lo que se convierte en una gran fortaleza. Esto explica por qué unas personas pueden salir airosas y hasta robustecidas ante situaciones adversas y otras se entregan vulnerables a la misma situación. La vida espiritual del hombre hace que prevalezca el dar un sentido a su existencia, por tanto, quien tiene la oportunidad de profundizar en su interior, tiene la capacidad de conducir conscientemente su propio destino. El hombre es su propio determinante…

MSc. Dalia Ochoa de Doglia
Diplomada en Logoterapia, Análisis Existencial y Sentido de Vida (I Cohorte).
Instituto Venezolano de Logoterapia y Análisis Existencial “Viktor Frankl”.

Castro, M (2013). Resiliencia Tanatológica: El arte de resurgir del fango. México. Trillas

Frankl,V (1991). El hombre en busca de sentido. Barcelona. Editorial Herder S.A.

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