Viktor
E. Frankl, médico psiquiatra prisionero
en los campos de concentración, viviendo las más humillantes miserias que ser
humano alguno pueda experimentar, descubre el poder de la determinación
interior y confirma en su propia carne, que el hombre tiene la libertad de
decidir si ha de entregarse a situaciones o hacerle frente a ellas. En medio de
aquel infierno que lo limitaba física y psicoemocionalmente, Frankl encontró su
mayor fortaleza: su libertad íntima, ya que profundizar en la vida espiritual
era la huida que más se posibilitaba ante la realidad de ser prisionero. Como
un ejemplo de resiliencia, destaca con una nueva actitud ante la vida y
confirma su teoría (logoterapia) después de sufrir múltiples crueldades en los campos de Auschwitz, Dachau,
entre otros.
La resiliencia es un término, que en primera
instancia fue aplicado por la física y la química para referirse a la capacidad
que poseen algunos metales para volver a su estado original, después de haber
sido sometidos a temperaturas extremas, seguidamente esta expresión fue acuñada
por las ciencias sociales para referirse a la capacidad de las personas a sobreponerse
a situaciones adversas y resurgir de ellas con una nueva actitud. Al respecto Castro (2013), afirma:
El ser una
persona resiliente implica más que el hecho de recuperarse de la situación
adversa, pues conlleva un crecimiento hacia algo diferente, ya que no se puede
volver al mismo estado. Consiste en dar un salto más adelante de lo que éramos
antes de la pérdida o crisis. (p.16)
En virtud de este señalamiento, se enfatiza la
importancia del sentido que Frankl (1991) le dio al sufrimiento, si el
sufrimiento tiene un sentido vale la pena vivirlo porque mediante él, el hombre
puede encontrar significado a su existencia. Sostenía además que, “…el tipo de
persona en la que se convertía un prisionero era una decisión íntima y no
únicamente producto de la influencia del campo” (p.41) es decir, que el
sufrimiento siempre tiene una razón de ser para cada persona, y éste, no
determina su vida porque tiene la libertad de decidir con responsabilidad la actitud que
tomará ante cualquier tipo de circunstancia.
Así que, Viktor Frankl como resiliente,
descubrió el porqué de su existencia y pudo soportar mediante su fortaleza
interior los momentos más difíciles de los campos de concentración, esto
representó su salvación para
distanciarse y pasar por encima del sufrimiento originando una nueva actitud que
le permitió mirar el futuro con optimismo. La libertad interior entonces, es lo
único que no puede ser arrebatado a pesar de las limitaciones psicofísicas, que una persona pueda tener, lo que se
convierte en una gran fortaleza. Esto explica por qué unas personas pueden
salir airosas y hasta robustecidas ante situaciones adversas y otras se
entregan vulnerables a la misma situación. La vida espiritual del hombre hace
que prevalezca el dar un sentido a su existencia, por tanto, quien tiene la
oportunidad de profundizar en su interior, tiene la capacidad de conducir
conscientemente su propio destino. El hombre es su propio determinante…
MSc. Dalia Ochoa
de Doglia
Diplomada en
Logoterapia, Análisis Existencial y Sentido de Vida (I Cohorte).
Instituto Venezolano de
Logoterapia y Análisis Existencial “Viktor Frankl”.
Castro,
M (2013). Resiliencia Tanatológica: El arte de resurgir del fango. México.
Trillas
Frankl,V
(1991). El hombre en busca de sentido. Barcelona. Editorial Herder S.A.