Responder a esta interrogante marca el
inicio a la comprensión de mi propia existencia, o por lo menos intentarlo,
desde la perspectiva de este francés que dedicó parte importante de su vida a
desarrollar una filosofía o, mejor dicho, una metafísica de la esperanza.
Dice Marcel que "es a partir de una
reflexión sobre la desesperanza, y quizá solamente a partir de ella, de la que
podemos levantarnos hacia una concepción positiva de la esperanza" (1951).
La desesperanza es un fondo que el hombre, inmerso en el mundo del tener, debe
tocar para poder alcanzar la esperanza. "Las condiciones de posibilidad de
la esperanza coinciden rigurosamente con aquellas de la desesperanza"
(Marcel, 1951)
Comprendo, entonces, que mi resistencia
radica en el alejamiento del mundo del tener (être) y acercarme al del ser
(avoir); es mi búsqueda para asimilar la filosofía del ser y de la vida que
parte de ella propuesta por Marcel.
Por tanto, me encuentro en el ámbito del
“misterio” y no del “problema”, entendiendo el problema como aquellos aspectos
de la realidad que el hombre puede objetivizar, delimitar, controlar y poseer
(O’Callaghan, 2008). El misterio, en cambio,
mira al resto de la realidad, específicamente a aquel mundo en el cual me
encuentro involucrada y comprometida de forma complicada; el misterio es, en palabras
de Marcel, “un problema que rebasa sus propios datos, que los invade, que se
excede, por lo mismo, ya como tal problema" (1951).
Este tránsito del problema al misterio es
posible cuando me convierto en la actriz de mi vida, elijo el personaje y el
escenario, y se convierte en verdad filosófica, moral y religiosa, la cual se
confirma cuando mi vida, es participación de mí misma, con los otros y Dios.
Este trabalenguas puede pronunciarse y entenderse cuando rechazo este contexto
histórico, sin negarlo, y deposito mi esperanza en la “gracia”, es decir, de lo
gratuitamente dado. "En la raíz de la esperanza, hay algo que nos es
literalmente ofrecido" (Marcel, ob. cit). Ella surge como respuesta
"a iniciativas cuyo centro se halla fuera de nuestro alcance, allí donde
los valores son gracias", señala este autor.
Este punto es extraordinariamente
importante en el planteamiento de Marcel. La esperanza, así parece con toda
evidencia, no apunta hacia aquello que está en mí, aquello que pertenece al
dominio de mi vida interior, sino más bien hacia aquello que se presenta como
independiente de mis posibles acciones". Para que sea posible vivir de
esperanza, vivir una vida esperanzada, señala O’Callaghan, el hombre debe ser
capaz de recibir algo de otro que sea capaz de dar u ofrecerse. Si esto no es
posible, entonces es injustificada la esperanza.
Con base en lo anterior puedo afirmar, que mi esperanza me viene dada
por la idea del servicio: ver a Dios, lo absoluto, en el
otro. Nos
permite ser personas con consciencia de paz y cumplir con la voluntad de Dios.
Esto
traduce una vida espiritual expresada en algunas ideas;
en primer lugar, la fraternidad, la unión entre los seres humanos como hermanos, por el amor que tenemos a los demás. Asimismo, surge la preocupación por crear condiciones fraternales en el mundo.
en primer lugar, la fraternidad, la unión entre los seres humanos como hermanos, por el amor que tenemos a los demás. Asimismo, surge la preocupación por crear condiciones fraternales en el mundo.
En
segundo lugar, el entendimiento del amor, no como idea abstracta, sino como
obras concretas. Dios nos habla claramente de obras concretas: dar de comer,
vestir, visitar a los enfermos, entre otras.
Y, en
tercer lugar, el Amor a Dios a través de mis acciones con los demás; viéndolo
en el otro. Si amo a Dios, no puedo dejar de amar a mi hermano.
El
servicio me permite ser persona con consciencia de paz y cumplir con la
voluntad de Dios, cumplo con lo que Dios quiere y le demuestro amor al ver a su
hijo en el otro”, celebrando a Dios vivo, proclamando una fe religiosa,
reconociendo que mi labor en la familia, en la escuela, en la comunidad, se
cumple solamente en la formación de hombres y mujeres con actitud de auténtico
servicio. De tal manera el servicio es el poder, como lo indica Francisco I. Es
el poder para transformar a través de la responsabilidad conjunta, de servir a
la persona y a la sociedad.
La
práctica de estos valores permite alcanzar la superación personal y lograr una
convivencia social más humana a través de la solidaridad y reciprocidad. El
servicio también se refiere a conocer y discernir las estructuras inhumanas que
generan y mantienen la pobreza y la degradación humana.
La
participación es un deber para la edificación de una sociedad digna, incluyendo
la ecología humana y la ecología natural, cuyo desarrollo favorezca la verdad,
la libertad, la justicia y la caridad.
¡Por
todo esto EXISTO!
BIBLIOGRAFÍA
O`Callaghan,
P. (2008): LA METAFÍSICA DE LA ESPERANZA Y EL DESEO EN GABRIEL MARCEL.
Disponible: https://core.ac.uk/download/pdf/25069400.pdf. [Consulta: 2016, septiembre, 20]
Villalobos,
M. (2013): GABRIEL MARCEL, EL HUMANISTA. VIDA Y OBRA. Disponible: http://logoforo.com/gabriel-marcel-el-humanista-vida-y-obra/..
Material presentado en el Diplomado en Logoterapia. Instituto Venezolano de
Logoterapia. Valencia
Farías,
N., León, F. y Yánez, M. (2016): MÓDULO II. Clases presentadas en el Diplomado
en Logoterapia. Instituto Venezolano de Logoterapia. Valencia.
MSc. Aleyda Yelixa Ríos Del Moral
Diplomada en Logoterapia, Análisis
Existencial y Sentido de Vida (II Cohorte).
Instituto Venezolano de Logoterapia y
Análisis Existencial “Viktor Frankl”.
Muy interesante articulo. Felicitaciones!
ResponderBorrarMe lleva a pensar en la importancia de trabajar con los niños desde pequeños promoviendo los valores que se mencionan.
Tambien surge el tema de la etica como indispensable a la hora de reflexionar y actuar.
Muchas gracias x compartir!
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ResponderBorrarHarrah's Las Vegas 충주 출장안마 Hotel and Casino features more than 3200 경주 출장안마 slots, 10 table games 동해 출장샵 and a 태백 출장마사지 variety of entertainment options. The casino is open daily 24 전라북도 출장샵 hours