La
película de Elsa & Fred, es una historia que nos plantea un gran dilema,
desde mi punto de vista un dilema bueno, en el sentido que nos hace reflexionar
sobre el propósito de nuestras vidas, y cómo eliges vivirla. Se pasea por varios
cuestionamientos éticos, y también nos abre visuales diferentes sobre el amor, la
muerte, la esperanza y el humor. Así mismo, el espectador puede conectarse con
diferentes emociones básicas, tales como: la alegría, el amor y la tristeza.
Aparentemente,
es una simple historia de amor, jocosa y fresca, que nos posiciona ante dos
vidas diferentes, que representan dos formas de ver el mundo, las cuales a mi
juicio no son ni buenas ni malas. Creo que al ver la película entramos como un
observador, y al salir de ella podemos llegar a ser un observador diferente,
porque más allá de contarnos una historia, nos deja lecciones de vida, para ver
la propia existencia desde el propósito que le estoy dando y como quiero decidir
vivirla.
Por
otra parte, se puede evidenciar como la vida
nos presenta diversas circunstancias, dentro de las que está el sufrimiento, por ejemplo el dolor de padecer una
enfermedad crónica, en fin, situaciones sobrevenidas que son inevitables, en
donde lo que cuenta es “cómo” la persona enfrenta estas situaciones cuando no
puede optar por no vivirlas, el elegir qué clase de actitud asumirá ante ese
sufrimiento, y encontrarle, un “para qué” de lo que le sucede. De acuerdo, a
Frankl (1997), lo que importa es cómo se soporta el destino, cuando ya no se
tiene poder para evitarlo, entonces es
necesario salir al encuentro de éste con una actitud adecuada.
En
este sentido, se puede apreciar cómo Elsa ante la situación adversa de su
enfermedad, decide no sólo aceptarla sino que la convirtió en algo
significativo, en un logro para ella. Se demuestra como ante situaciones
trágicas y negativas, una actitud
adecuada hace la diferencia para vivir viendo, disfrutando su “aquí y ahora”,
como cual adolescente.
Ante
una situación límite, representada por el inminente riesgo de la muerte, tiene
un límite para su futuro y sus posibilidades, y le dice a Alfred “podemos
llegar a algo en un tiempo no muy lejano”, ya que se ve obligada a aprovechar
el tiempo de vida limitado que disponía y a no desperdiciarlo. Para Bucay
(2008) no hay pérdida que no implique una ganancia, y no hay pérdida que no provoque
necesariamente un crecimiento personal.
Kubler-Ross
(2008), afirma que: “no hay que temer a la muerte, la muerte no existe, es sólo
una transición, la muerte es la llave para abrir la puerta de la vida”. Elsa
encuentra el sentido a la muerte, y vive intensamente. El estar frente a la
muerte le brindó la oportunidad de reflexionar y le generó un crecimiento, para
experimentar nuevas emociones y tomar riesgos emocionales incluso a pesar de su
edad. Decidió vivir intensamente, a pesar de su enfermedad, ver con una óptica
de esperanza y se abrió al amor.
De
acuerdo, a Flores (S/F) “sólo la muerte es lo que da sentido de vida”, ya que
al darnos cuenta de que nuestra vida es breve, tendemos a encontrar la manera
de trascender, de dejar huella. Así que a pesar de todos los problemas con los
que tengamos que enfrentarnos, la vida vale la pena ser vivida. El sentido
puede cambiar, pero nunca faltará. En realidad, tan sólo existe un problema
verdaderamente serio, y es juzgar si la vida vale o no la pena ser vivida. Y la
vida vale la pena, porque hay razones, hay muchos motivos por los cuales vivir,
y esto es lo que le da sentido a la existencia humana.
Ahora
bien, en contraste con la energía, vitalidad y pasión que sentía Elsa,
encontramos a Alfred quien presenta síntomas de depresión noética, había
perdido recientemente su matrimonio el cual fue muy estable, parecía que no
tenía ninguna ocupación o trabajo, por lo tanto estaba enfrentándose a un vacío
existencial, una pérdida del sentido en su vida.
Al
hablar del sentido, se hace referencia al significado, a la coherencia, a la
búsqueda de propósito y finalidad. Podemos ver afirmaciones de Elsa, tales como:
“esta como apagado, estaba falto de alegría”, no quería compartir con nadie, no
aceptaba invitaciones, por más que se las hicieran familiares importantes como
su nieto, acudía a diferentes medicamentos para poder “sentirse bien”, y a
pesar de ello no podía disfrutar de nada.
El
hombre que ha perdido el sentido, que siente que nada tiene sentido, puede
desarrollar una actitud que lo lleva de la amargura a la desesperación y a
buscar solución mediante vías como el consumo de sustancias psicoactivas, el
suicidio u otras formas de accionar de forma inadecuada; pasando a un estado de
apatía e indiferencia, incluso llegando a somatizar.
Una
vez que conoce a Elsa, y se da el permiso de existir, es decir de salir al
encuentro de ella -por la misma resolución que ella tenía – encuentra el
sentido del amor y deja de tener miedo de vivir, y se realiza a sí mismo en la en
la medida que trasciende, que se entrega a Elsa y se olvida de sí mismo.
Elsa
se convierte para él, en un “misterio”, dice mentiras, rompe las reglas, oculta
su enfermedad, y aun así Alfred decide hacer un esfuerzo para comprenderla. El
valor del amor, estuvo por encima de cualquier otro, se generó un espacio de
intimidad entre ellos, donde existía incluso una comunicación existencial, se
expresaban el amor, de diferentes maneras.
En
fin, pudiese decir que entre Elsa y Alfred, existió un amor terapéutico, donde
él, le hizo bien a ella y ella a él. Vidas que se tocaron desde y para el amor.
Es por todo esto, que sugiero ver esta película, como una invitación a
reflexionar en medio de risas y ocurrencias de dos adultos mayores.
Referencias
Bibliográficas:
Bucay,
J. (2008). El camino de las lágrimas.
México: Oceáno.
Flores,
E. (S/F). El sentido de vida. https://logoforo.com/el-sentido-de-vida/. México:
Universidad Autónoma de Yucatán.
Frankl,
V. (1997) Ante el vacío Existencial.
Hacia una humanización de la psicoterapia. Barcelona: Herder
Kubler-Ross, E.
(2008) La rueda de la vida. (1ra.
edición). Barcelona: Ediciones B.
Anaibet Saravia
Diplomado en Logoterapia, Análisis Existencial y Sentido de Vida (IV Cohorte).
Instituto Venezolano de Logoterapia y Análisis Existencial “Viktor Frankl”
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